Fractura

Estaba lloviendo, en las noticias sólo se hablaba de manifestaciones, disturbios y saqueos.

Nunca había estado en una situación parecida. Le escribí, le pedí que alistara lo necesario para un par de días. Estábamos distanciados, enojados, pero no iba a permitir que su vida estuviese en peligro.

Tomé mi abrigo, me puse los audífonos y repetí una y otra y otra y otra vez la misma canción (Esta canción), mientras corría hacia su casa.

Ambos teníamos diferentes formas de entender «cosas indispensables para una emergencia». Yo pensé en ropa, cosas de aseo personal y poco equipaje para poder correr en caso que explotara un disturbio. Ella entendía por «cosas de emergencia» paquetes de frituras, ropa innecesaria, mucho maquillaje y UN SECADOR! Quién lleva un secador para atravesar una manifestación? Pensaba acaso hacerles una permanente a los manifestantes?

Siempre he tenido un sentido altruista y sobreprotector. A veces sirve en emergencias, pero sin darte cuenta hace que cohíbas a la otra persona de cometer errores y aprender por cuenta propia. El problema irremediable, es cuando como una bola de nieve se comete una serie de errores, uno peor que el anterior, que ya no se pueden perdonar, ni olvidar; quedan ahí, tatuados en tu memoria. Una vez quemaron al punto de dejarte petrificado, sin poder reaccionar ante tu propia realidad, sentado en el piso de la sala de un apartamento, al que antes fue llamado «hogar», en silencio, atónito, por días, sin comer, dormir, ni cruzar palabra alguna con alguien.

Ella, imaginando que deambulas entre un desfile de piernas para satisfacer un placer, tú inerte en tu casa por días, que ahora parece un castillo abandonado, gris, sin vida, donde cada esquina es el tortuoso recuerdo de algo que acaba de terminar y jamás volverá a regresar. En eso, ella desesperada sale a conocer un sinfín de personas, con la excusa que quedó sola y buscó cualquier salida para evitar pensar en él. Que gran idiotez, dañas, te dañas, usas gente que acaba de llegar a tu vida y te hundes mucho más, quedando en un lugar donde jamás podrás volver a salir.

Lo que antes tenía color, vida, armonía y música, ahora es sólo un bullicio que intenta coordinar con el sonido de tu respiración.

Ella, ahora deambula en un sendero sin magia, obligándose a hallarle color, sentido, propósito, refugiada en máscaras y una caravana de malas decisiones.

Él, en un sendero colorido que poco a poco va floreciendo; creciendo césped donde meses atrás todo fue un paraje estéril, arrasado por la tormenta, soledad y dolor; avanzando, pero sin expresión alguna en su rostro, sin sensaciones, emociones o el vestigio que existió un latir dentro de sí.

Cada uno avanzó porque la naturaleza del espacio y tiempo así lo determina; ella refugiando sus días en otros labios, brazos y sábanas. Él, en carreteras, viajes, bosques, playas, ríos y nuevos pueblos. Ella intentó reemplazarlo con otros; él llevó el recuerdo de ella a los lugares que siempre quiso conocer tomando su mano.

Cada uno avanzó, ella rota, fingiendo que todo lo que hizo y hace está bien, él quebrado, aceptando lo que la vida le da, sonriendo en público, pero quebrado por dentro.

Ahora separados, ambos cada noche ven la misma luna, aceptando que algún día fueron dueños del tesoro que por generaciones millones han intentado conseguir, pero que ahora nunca más podrán volver a ver.

Fueron la estrella fugaz del otro, fueron magia, fueron indestructibles, fueron vida, pero así como la estrella fugaz, no duró sino un parpadeo, para ahora sólo quedar en un imaginario.

Siempre estuvieron hechos para decir adiós.

Espero verte una vez más antes de despertar.

Marcas de vino tinto en suéter púrpura

Es mejor atesorar gratos recuerdos, que lágrimas, desilusiones. Es mejor dibujar una honesta sonrisa, que llenar de regalos y objetos materiales.

Es mejor una mancha de vino tinto en la ropa, que una mancha en nuestra memoria.

Antes de seguir, presiona acá y escucha.

Que hoy las canciones basten para impulsarnos a querer ser mejores, no que los demás, sino mejores que el reflejo que veíamos ayer en el espejo. Que hoy las letras que adornan los libros, sirvan para avivar nuestra sed por aprender a ser humildes y benevolentes, no para dañar con soberbia y desamor.

No lamentaré beber un poco de vino tinto, ni escuchar algo de jazz hasta la madrugada, porque jamás habrá dolor al mirar ese espacio vacío en el sofá. Alzaré mi copa y sonreiré, porque sacaste lo mejor de mí; sonreiré porque vi en ti lo que nadie más vio, ni conoció: un ser puro; una mujer de luz, de amor, dispuesta a dar sin esperar algo a cambio, dispuesta a enseñar aprendiendo.

Hoy ya sólo caminaremos juntos y tomados de la mano, mientras dibujo y recorro cada uno de mis sueños, esos que me alejan de la realidad donde no estás, pero que te mantienen latente, radiante y con esa sutil sonrisa.

Alzaré mi copa de vino, sabiendo que dimos lo mejor, aunque eso no basto para nuestros caminos; dos senderos que sabríamos que bifurcarían inevitablemente. Y que el recuerdo de lo vivido nos una en un mundo onírico, mientras cerramos los ojos escuchando eso que nos tocaba el alma, tú Morat, yo Oasis

Gracias, querida mía. Ahora es tu momento de emprender vuelo y rasgar el cielo con tus manos, llenado de alegría a cada criatura que se acerque a ti.

«Tostacos»

Así solía decirle cuando me aceraba sus patas a la cara… «No debí ponerte Dahlia, sino tostacos, porque a eso es lo que siempre hueles».

Fue el 23 de septiembre a las 12:30 de la madrugada; veía «Mi amigo Enzo» -una que habíamos visto juntos cuando salió en internet- cuando el teléfono empezó a sonar. Era la clínica, era una de esas escazas llamadas en la vida, una de esas que nunca vamos a querer recibir…

Ya hace 1 mes y 2 días en que dejas de revolcarte en el césped, de llenar mi cama de pelos y de pelearme con tus quejumbrosos sonidos.

Bien dijo un amigo, «ella se fue sabiendo que lo dio todo por ella, que no pudo haber sido más querida por alguien más, que por usted».

A veces abro la galería de mi celular y casi el 90% de fotos y videos son ella. Al verlos, siento que aún está viva, que sólo tendré que levantar la mirada y ahí estará, con ganas de ir a correr al parque o de perseguir gatos.

Nunca creí llegar a sentir tanto hacia una criatura.

Si debes irte, en mi corazón tu crecerás, siendo ése el lugar al que siempre pertenecerás.

Te veo pronto, «tostacos»

My Wonderwall

Nunca había temido a la muerte hasta el día de hoy. Siempre había sido osado, arriesgado y altruista. Pero hoy es el día en que aunque corra tan rápido como obligo a mi cuerpo, siento que me estoy quedando sin aliento, sin esa chispa que iluminaba mi vida.

Hace tiempo leí una historia sobre un perro que había sido abandonado. Sus antiguos dueños para deshacerse de él, lo habían sedado y dejado en un refugio para animales, sin más, sin emoción o titubeo, sin amor.

Cuando el perro despertó, se halló confundido, sin saber dónde estaba o cómo había llegado ahí. Pasaron algunos días hasta que una familia lo encontró y decidió adoptarlo.

Al llegar a casa, lo acomodaron y brindaron de un espacio para que estuviese cómodo. Pero al cabo de los días, su nuevo amo notó que el animal no dormía, sólo se quedaba mirando cada noche frente a la puerta sin dormir. Preocupado porque pudiese enfermarse al no dormir, fue al refugio para animales y le preguntó al administrador del lugar si el perro sufría de alguna enfermedad, a lo que él le contó cómo había sido llevado a aquel lugar por su antigua familia. Aquel hombre le dijo que posiblemente el perro temía volver a dormir, porque de hacerlo, creería que sería abandonado una vez más.

La noche en que leí esa historia, fue el 5 de julio del 2017, ese día había adoptado a Dahlia, una golden retriver de más de 4 años de edad. Antes se llamaba Candelaria, pero francamente nunca me gustó ese nombre y tampoco tenía aspecto de tal.

Su cuidadora me dijo que una persona se la había dejado a cuidar, junto a su madre de 10 años, Lehia, pero nunca habían vuelto por ellas. ¿Cómo puede existir personas que sean capaces de tal barbaridad?, ¿Qué debe tener un ser de esa magnitud en su corazón?, ¿Cómo puede conciliar el sueño por cada noche en su insignificante vida?

No siendo suficiente, me dijo «seguramente la devuelvas como los otros antes que tú». Tres personas ya la habían adoptado, pero la habían regresado, con la excusa que mordía las cosas de las personas, era rebelde y hacía sus necesidades en cualquier lugar… No miento, en ese momento estaba asustado y de hecho, alcancé a dudar de mi decisión, pero no podía convertirme en el 4 ser que la devolvería.

Aquella chica me dijo si quería llevar conmigo a Lehia, pero era mi primer perro, no tenía ni idea si podría con ella. Además vivo en un apartamento de 50 metros cuadrados y no sabía si era un espacio adecuado para un perro, mucho menos para dos. Le dije que no podría hacerlo, que ya era una decisión muy grande y no quería llegar a cuidarlas mal por mi inexperiencia. Hoy sé que habría cuidado bien de Lehia. Y donde quiera que esté, espero que esté bien y viendo cuán feliz ha sido su Candelaria, mi Dahlia…

Antiguamente había una especie de la flor dahlia considerada muy rara, como una planta que no cualquiera podría tener, que sólo se le daba a la realeza, porque solía demandar muchos cuidados, costos y no cualquiera sabía cuidar. Aquellos que lo intentaban, sólo conseguían tener a los pocos días una planta muerta. Prácticamente la planta te escogía, entre muchos, sólo tú habías sido elegido para poder tenerla y cuidarla.

Pensé por varios días en esa historia y en que antes de mí, habían ido otras personas por esa perrita y me preguntaba si acaso ella me había escogido a mí, porque desde el primer día nunca destrozó algo, siempre fue tan juiciosa, educada y con un gesto que se asemejaba a una sonrisa cada que me veía.

Fue curioso el día en que fui con un amigo a adoptarla. Íbamos pasando por un parque, cuando vimos a una chica jugando con una perrita y al verla lo único que le dije es, «ojalá así sea la mía»; se veían tan felices, tan alegres y quería sentir eso, quería a una criatura feliz de tenerme en su vida… Estuve llamando varias veces a la persona que había quedado de encontrarse conmigo. Pensé que se había arrepentido y antes de irme, me devolvió la llamada, me dijo que había salido al parque con Candelaria y olvidó llevar su celular. Cuando me dio las indicaciones de su casa, vi que esa chica había sido aquella que había visto jugar y que aquella que yo había dicho «ojalá así sea la mía», era la mía.

Recuerdo que ese día llevaba una camiseta blanca que acababa de comprar, no quería que se ensuciara, quería verme bien para conocer a Candelaria. Una vez al entrar a la casa, la chica sacó a la perrita, me la presentó; yo no tenía ni idea cómo reaccionar, sólo le acaricié un poco la cabeza y sonreí al verla. Sólo pensaba en cuán linda se veía y en lo asustado que estaba. De la nada, ella se levantó y puso ambas patas sobre mi camiseta. Ahí entendí que desde ese momento, debería dejar de preocuparme por tener mi ropa limpia. Antes de irme aquella mujer me ofreció bolsas y sin entender asentí y las tomé. Al girar por la calle entendí para qué eran las bolsas y hoy sé que jamás podría salir a la calle sin al menos 4 de ellas.

Mientras escribo esto, Dahlia está recostada junto a mí, respirando agitado, sé que no está bien, pero por ahora sus medicamentos la ayudan con el dolor y la inflamación.

¿Has escuchado que las mascotas tienden a parecerse a sus amos, y aún más, que suelen adoptar las enfermedades o dolencias que éstos puedan llegar a tener. Así como que aunque estés lejos, por alguna extraña razón, mientras tú de milagro evadiste la muerte, tu mascota en otra parte en ese mismo instante podría morir?

Un día, de repente y de golpe empezó a vomitar como jamás lo había visto

Al inicio me enfadé con ella, porque solía comer comida de la calle y lo solía hacer de una forma tan sutil, que yo no me diese cuenta. Una vez pasó, vomitó y al día siguiente se recuperó, la veterinaria me había dicho que sólo había sido algo en mal estado que había recogido de la calle.

Pero, ¿Qué probabilidad hay que mientras a ti te van a operar por un procedimiento renal, en la misma semana de la nada y sin aviso, vayan a operar a tu única compañera? y aún peor, ¿Qué probabilidad hay, que el día en que te hacen un electrocardiograma y te diagnostiquen con una patología coronaria, sea el segundo día en que tu mascota está en la clínica, mismo en que a las 8 pm le hacen una ecografía y a las 8:20 te dicen que ella tiene en su estómago un tumor cancerígeno más grande que su bazo?

¿Qué puta probabilidad hay que algo así pase?

Si es verdad eso, de que ellos sienten cuando tienes una enfermedad y se llevan la peor parte, sólo para salvarte, pues habría preferido jamás adoptarla, para así evitarle el dolor. Porque puta mierda, siento que la vida se va de mis manos al saber que es una operación de alto riesgo, una en la que podría morir mientras la operan. Y como si todo no fuese más fácil de digerir, hay una probabilidad de que haga metástasis en otros órganos, o que su hígado empiece a fallar. De salir bien de la operación, es poco probable que vuelva a tener su habitual y explosiva energía. Su doctora me dijo que ya es una perra vieja y que esto sólo será el inicio de más cosas, que es probable que de hacer metástasis, va a sufrir, pero no quiero dejarla ir, no es como una camiseta que tiro a la basura y nada pasa, es mi única compañía día y noche, es como la canción que solía cantarle mientras sonreía al verme, my wonderwall.

Su doctora me dijo que sólo se sabrá su estado luego de la operación, pero que de tener un resultado negativo, lo mejor será dejarla ir, porque a la larga tanto ella como yo nos agotaríamos, nos desgastaríamos, nos extinguiríamos.

Pero cómo dejarla ir, cuando siento que ella es mi corazón, mi alma. Y sé que cuando le hablo no entiende mi idioma o que yo no entiendo el suyo, pero sé que mágicamente nos entendemos con un par de gestos, chasquidos o miradas, como si de alguna u otra forma inexplicable ambos estuviésemos conectados.

Hoy, mientras la bañaba lento, suave y con demasiado cuidado, recostándola sobre mis entrecruzadas piernas, encima del mojado piso de la ducha, dejando caer el agua de la regadera, la miraba y le decía, si fuese tu último día, ¿Qué te gustaría hacer? Y ella sólo me miraba y sonreía. A lo que yo le respondía, si fuese mi último día, sin lugar a duda lo pasaría todo contigo, mi Dahlia, mi vida.

Al salir de la clínica, lloviendo y con las pocas fuerzas que me quedaban, me senté en un anden, la abracé, y entre lágrimas sonriendo le dije, «lucharé por ti hasta donde me lo permitas, pero si quieres y sientes que es tu hora de irte, sólo hazlo, amor; eres libre, pero prométeme que estarás ahí para cuando llegue mi día y así volveremos a estar juntos, corriendo como solíamos hacerlo en tus mejores días»

¿Qué puta probabilidad hay, en que desde hace meses viniese preparando un seminario de sostenibilidad e inteligencia emocional, donde en un fragmento menciono que debemos ayudar al menos a un animal en nuestra vida? «Nosotros podemos expresar con palabras nuestro dolor, ellos no».

Cuán coincidencia execrable, cuán estratagema ahora me aprisiona.

Nunca había temido tanto a la muerte y a la soledad como hasta ahora, acariciando su barriguita y pidiendo porque todo sólo sea un mal sueño, uno del que ya quiero despertar.

Eres la estrella más hermosa en el firmamento, pero temo que seas fugaz y no estés para siempre.

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VICTORIA

Es una ciudad que desde lejos se deja percibir. Su suave olor a lavanda mezclada con la brisa llevada por el viento, son la primera caricia que esta ciudad brinda a quienes la visitan.

Sensualidad, riesgo, amor, confianza, días con sol y noches con cielos despejados en los que sus estrellas alcanzan a rosar el rostro de las doncellas, suelen ser las cosas que jamás olvidarías de Victoria.

 

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En las noches, cuando al caminar por sus anchas calles con luces amarillas y de bastones largos, pero de madera y oro; se alcanza a escuchar una agradable y placentera melodía que acompaña a quien recorre la ciudad de noche, buscando dar en cada paso, su propia paz lejos de los problemas y enemigos cotidianos que lo frecuentan rodear.

Es una ciudad que tiene techos y terrazas amplias, tanto así que el cálido sol que deja caer sus rayos de luz sobre Victoria, no quema los cuerpos de quienes en las tardes suben a los techos de la ciudad para tomar un descanso, de manera en que  se puede pasar una eternidad contemplando los cielos de día y noche, y la ciudad a toda hora desde las alturas de cada casa.

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Cada habitante es amable, sonriente, amigable, y feliz, con quien vive allí, visita su ciudad y claro, con la propia Victoria. El vivir en esta ciudad es estar alejado del ruido y las cosas intranquilas. El estar allí, es estar rodeado de sus hermosas mujeres y graciosos hombres. Es una ciudad que de extremo a extremos tiene campos verdes para poder correr sin temor alguno. Tiene manantiales, ríos tibios, flores, matas y árboles de toda clase, animales por doquier, aunque nunca han sido ni serán una plaga. También brinda casas hermosas, cada una con techos hechos de bambú que forman una especie de triangulo que rodea el amplio espacio de descanso en su terraza, las cuales en el centro dan espacio a que entre la luz y el soplo del viento; son viviendas con puertas grandes y amplios balcones, y dentro de ellas hay una infinidad de patios con fuentes, y coloridas flores, lugares que al estarse se puede ver los mil cielos que cambian a diario en Victoria.

Se dice que cada persona que deja Victoria, antes de abandonarla, de sus ojos se escapan leves lágrimas, y ya al estar a las afueras de la ciudad, se puede alcanzar a escuchar una triste melodía que destroza todo corazón fuerte ante la sensibilidad del apartarse de ésta ciudad.

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PD: Este texto lo escribí el 30 de septiembre del 2011 (911). No le hice ningún cambio, así que de resultar erróneo, sean indulgentes.

¿Qué hacer en cuarentena?

Escogí al azar una Tv Show de investigación llamado «100 Humanos», y en el primer capítulo surgió un tema muy interesante y que suele perseguirnos a todos, hombres mujeres, de diferentes edades, gustos y hábitos, LA ATRACCIÓN.

Hombres, Mujeres, Prendas De Vestir, Pareja, Personas

Y me preguntaba, ¿cómo atraerle a alguien durante una cuarentena?, A caso deberé…?:

  • Crearme una cuenta de TikTok y hacer cosas ridículas para hacer sonreír a las personas que me interesan.
  • Subir fotos «interesantes» a mi cuenta de Instagram, sobre mí, estando mi apartamento.
  • Descargar Tinder y deslizar like a todo lo que se mueva.
  • Abrir de par en par las ventanas de mi apartamento y hacer deporte con poca ropa.
  • Cocinar algo muy rico anhelando que mis vecinas perciban el olor.
  • Escribir un blog interesante y poner a circular el link.
  • Aprovechar los 20 minutos permitidos en el parque para sacar mi mascota y coquetearle a todas las que me cruce (siempre y cuando no presenten síntomas de gripe).
  • Rediseñar mis cortinas para mis vecinas.
  • Hacer una fiesta desde mi ventana.
  • Dejar volantes que regalaré gel antibacterial (el cual no tengo, ni tampoco he inventado de forma casera).
  • Sacar a pasear a mi Golden, ambos usando ropa de riesgo biológico.

 

Analizando el capítulo en cuestión (100 HUMANS), me di cuenta basta ser gracioso, para fácilmente convertirme en un ser atractivo, más si por estos tiempos lo visual y superficial, pasa a un segundo plano. Quizá el momento de los que generan sonrisas, ¡ha llegado!

Pareja, Que Extienda, Joven, Personas, Mujer, Hombre

PD: Aún no he decidido qué enfoque darle a este blog. Ayer pensaba en volverlo un canal comunicativo sobre mercadeo, crecimiento empresarial e inteligencia motivacional, hoy lo considero en convertirlo como un canal sobre pasatiempos y ocio (¿Qué hace cuando se tiene tiempo libre).

¿Opiniones?

Cuarentena en tiempos millennials

Relajante, Descansar, Sábado, Acogedor, Chimenea

 

El #coronavirus le robó mayor atención a los hashtag’s más renombrados, así como público a los festivales que iban a perecer por las decenas de ‘pills’ y luces de neón vibrando por el EDM.

En tiempos de inmediatez, la quietud genera cierta urticaria mental, causando una picazón al no hallar un pasatiempo por fuera de estos cuatro muros.

¿Acaso podré ser el único que poco a poco se cansa de la monotonía del apartamento y busca algo de aventura foránea?

¿Qué hacer mientas todo este calendario contagioso del COVID-19 nos deja en paz?

Monalisa, Mona Lisa, Corona, Virus, Coronavirus

Estuve mirando varios videos y leyendo cosas muy graciosas en estos días, donde generaban conspiraciones o consejos de qué hacer por estos días, mientras la crisis colectiva y el pánico médico pasa.

Por eso, me tomé la libertad de recrear 20 pasatiempos reales y subnormales que los sacarán de la monotonía:

  1. Retomar libros que nunca terminamos, así como leer libros que jamás consideramos llegar a leer, como algo de literatura romántica o de investigaciones ajenas a nuestras especialidades.
  2. Ver todas las series posibles que internet pueda ofrecerme.
  3. Leer de todas las conspiraciones posibles sobre este virus.
    1. Entrar en  shock, razonar, reírse de lo poco real o subnormal que puedan llegar a significar, generar conocimiento; olvidar, avanzar o nadar en la locura.
  4. Escoger películas al azar y como opción similar, podrían hacer un listado de películas como «top 10 películas de culto»; «top 10 películas animadas»; «top 10 películas psicológicas que te harán pensar»…
  5. Crear modelos de negocio.
  6. Hacer algún ritual espiritual para limpiar el alma (o para invocar al chamuco, si es que ya están muy aburridos de lo tradicional y la paz).
  7. Descargar Tinder y averiguar cuántos buscan ligue en tiempos de contagio (aventura y adrenalina, ¡vaya mezcla, eh!).
  8. Aprender algo nuevo, como pintar cuadros, estucar la casa, hacer moldes de arcilla, etc…
  9. Hacer videoblogs.
  10. Escribir una novela corta de ciencia ficción post apocalíptica.
  11. Ponerse creativos con la poca comida que les vaya quedando.
  12. Inventarse nuevas formas de limpiarse el trasero (ya que no encontrarás papel higiénico en el súper).
  13. Hacer una reunión virtual con amigos y jugar rituales satánicos, por si no encuentran un UNO virtual.
  14. Sexthing.
  15. Tutoriales de maquillaje o cocina (con pocos insumos).
  16. Deporte casero en la sala de sus casas.
  17. Llamar parejas pasadas y revelarles un secreto, acerca de cuando estaban con ell@s.
  18. Gastronomía high.
  19. Cambiarse el look.
  20. Llamar a alguien, dar gracias, pedir perdón o decir te amo.

 

PD: Soy estratega de marca (ayudo a marcas a aumentar sus ventas e impacto de imagen), así que pienso convertir este blog en un canal de ayuda a aquellos que quieran consejos de crecimiento empresarial, pero me gustaría conocer sus opiniones, por si les gustaría que destinara este blog para eso o para hablar de algún tema en especial.

 

Salu2, abrazo virtual y que toda esta temporada de epidemia acabe pronto.

El lobo y la luna

Esta es de esas habituales historias, donde todo lo narro en códigos, referencias personales y señales que sólo algunos pocos entenderán.

 

Te voy a ayudar con la atmósfera, así que da clic en la palabra NIEVE cada que la veas

 

NIEVE

 

My deare, my love, my world. My Moon.

 

Somos la historia del lobo y la luna, esa que siempre será el resguardo del regaló hecho para ti, que aunque fuese poco, lo era todo. Era y será tuyo.

 

La luna, nuestro secreto.

Tú, mi luna, mi secreto.

lobo 1

Cada día ha de alzar la vista aquel solitario animal, de pelear y forjar su carácter, para evitar caer, para evitar bajar sus barreras, para evitar estar vulnerable ante el mundo que fue testigo de esa primera vez, en que aquel lobo conoció a su amada luna, a esa que cada noche buscaría desesperado, entre la escasa luz que pasaría a través de la abertura de las hojas y la copa de los árboles.

De noche, aún con cuerpo y rostro hostil, pero con un alma desnuda, una que sólo aquella noble y valiente luna pudo conocer, apaciguando sus demonios. Allí, postrado sobre la roca más alta, para sentir que está lo más cerca posible de su luna, con su cabeza hacia abajo, como si sintiese vergüenza de sí mismo, por haberse convertido en un alma solitaria, cuando supo que pudo haberse transformado junto a su luna, en un nuevo ser, en un nuevo mundo, en un perfecto infinito.

 

NIEVE

 

Y con el rostro hacia abajo mirando la inmensidad, dejando caer tres lágrimas a la nada…

una por saber que la única manera de estar junto a su luna, es a la distancia, casi sin que ella sepa que está ahí, cuidándola siempre, aguardando a que jamás algo pueda lastimarla.

…la segunda, porque sabe que algún día la luna dejará de salir y así el recuerdo de lo que algún día fueron, dejará de existir.

…y la última, por su único anhelo, que cuando éste deje de existir, pueda despertar en un nuevo mundo, uno en el que al abrir sus ojos, pueda finalmente estar junto a su amada, junto a su luna.

 

Lobo 2

 

Es la noche más oscura, sólo unas cuantas nubes se formaron en el cielo, para ver el último respiro del lobo, anhelando algo que no sabe podrá siquiera tener, encontrarse en la otra vida con su luna.

Ninguna criatura ha salido esa noche; el silencio es la música que resguarda su último aliento y la presencia de su amada descansando en la inmensidad del cielo.

Ya no hay miedos, ya no hay dolor, ahora aquella bestia solitaria abandonará el mundo que lo mantuvo alejado de quien tanto amaba.

Su roca, esa a la que en cada noche subía, por más alta que fuese, sólo para intentar estar lo más cerca de ella, esa roca se convertirá en su última amiga y testigo de su agonía.

En paz y agradecido, por cada noche en que su amada emergió de la oscuridad, sólo para acompañarlo hasta que el sol volviese a salir y su infinito pereciera en un nuevo día.

Aquella bestia incomprendida siente al fin cómo su corazón empieza a latir tenuemente, pero con fuerza, como si tuviese un gigante anciano caminando en su pecho, escuchando sus leves rugidos, que apenas pueden escaparse desde sus pulmones.

Confundido deja escapar sus últimas tres lágrimas, teniendo el temor que de cerrar los ojos, todo habría acabado y su mera existencia jamás sería recordada, habitando un desolado infierno, acompañado por su dolor. Despertando y viendo que ella no está ahí a su lado.

Aquella bestia golpea con sus últimos alientos la roca, por el dolor y la agonía de no saber si al morir podrá encontrarse con la luna. Mirando a la inmensidad y levantando su rostro con odio hacia sí mismo y dolor en sus ojos, mira por última vez a la luna, esperando a que ésta lo perdonara.

Y allí, antes del último Tic-Tac de la oscura noche, apretando sus ojos para evitar que la luna viese sus lágrimas, se pone junto al extremo de la roca más cercano a la luna y allí, con su último aliento, justo antes de su partida, exhala su último aullido, exclamando con todas sus fuerzas a ese ser que no sabe si volverá a ver, te amo.

 

NIEVE

 

goodbye

Nevermind, we’ll fine!

Volveré a hacer videos para YouTube, Just Bastian, pero lo que diré a continuación, sólo lo expresaré por acá.

 

¿Qué es sentir el duelo de un desamor?, Es algo que me he estado preguntando con mi mejor amiga y mi nuevo roommie, al cual le he tomado un gran aprecio.

¿Cómo hacer una ceremonia fúnebre y simbólica de alguien que en realidad no falleció, pero a la cual sí le debe dar por inexistente en nuestras realidades?

 

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De un tiempo para acá, pasé una historia que me enseñó mucho. Un cuento de hadas que compartí con una mujer increíble, pero con la cual, el cuento llegó a su fin. (Si lee esto), agradezco el tiempo compartido, cada sonrisa, cada enseñanza, cada aprendizaje y de poder repetir la historia, lo haría sin dudar, pero intentaría que todo fuese aún mejor de lo que ya fue… lamentablemente, fue un cuento que no funcionaron y debí simplemente agradecer y voltear la hoja, por más doloroso que ésto fuese.

 

-Nieve-. 

 

Paulatinamente, mi roommie, Mr. A, también pasó por un desamor, el cual lo dejó devastado y sin mucha confianza por los demás (al igual que a mí; una vez fracturas la confianza, destruyes todo), pero que con el paso del tiempo, él ha podido sanar poco a poco, dando espacio a SU DUELO.

Por otro lado mi amiga, Madame A. Una relación de más de 10 años, en la cual hubo altos y bajos, pero siempre la esperanza de un «¿y si lo volvemos a intentar?». Y sí, lo volvieron a intentar incontables veces, pero lamentablemente, fue una historia con un final abrupto y sin atajo de «volverlo a intentar». Y ahora ella vive su duelo.

Al igual que yo, vivo un duelo. Los tres metafóricamente dimos un acto fúnebre a tres personas que respiran, caminan y sonríen, pero ya sin nosotros. Son tres criaturas a las que metafóricamente, tuvimos sí o sí, que entregar al luto.

 

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Estuve leyendo e investigando sobre ¿qué es el duelo sentimental? y básicamente decían una serie de pasos, los cuales son los mismos que dicen cuando recaes en las drogas, cuando tienes una crisis en tu vida o cuando la «has cagado, colega». Te frustras, te enojas… aceptas, aprendes, sueltas y avanzas hacia algo mejor para ti.

En otra ‘fuente de investigación’ encontré que el DUELO es un «proceso». Término  otorgado porque «es lo que se afronta cuando desde lo amoroso o sentimental, nos separamos, nos engañan, nos dejan de querer, o, nos dejan por otra persona, y no existe una cura inmediata para esto, por eso, el duelo es un proceso»… ¿PERO QUÉ F*** ACABO DE LEER?, parece más el generar hipocondría en alguien sano, para luego suministrarle algún placebo.

En ambas concluían con «el tiempo lo cura todo». Pues Mr. A, Madame A y yo, ya nos compramos varios relojes, nos hicimos baños de minuteros y nada que se va ese mal de ojo. Así que señores expertos, «la han cagado, colegas».

Algo que SÍ me gustó, es que refutan lo que normalmente le decimos a aquellos que están pasando por un «duelo», más llamada TUZA, es, «salga y distráigase», «conozca a nuevas personas», «hagas cosas que no le hagan pensar en esa persona», ya que según estos personajes ‘expertos en el amor’, lo que aconsejan es, que salir a distraerse e ir a estos lugares es, ir a ver «parejitas» y a sentir más dolor. Mejor dicho, vaya, enciérrese en una cueva y espere que el tiempo lo cure todo.

Finalmente concluían en, «métase de lleno, haga catarsis y saque ese duelo»… con toda la mierda interna.

Todo bonito, todo muy lindo, pero ¡hey!, necesitamos salir a la calle a trabajar, estudiar, vernos con nuestros amigos, ir a hacer nuestras actividades habituales. O sea, no es como, «hey jefe, no iré a trabajar como en tres meses, estoy de tuza, así que nos vemos como en diciembre. Ah, y no se le olvide el pago mensual, como de costumbre, eh».

 

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Mi consejo, si ha de salir con personas nuevas, si ha de salir por helado y whisky, si ha de salir de rumba o en plan amigos, o al trabajo como si nada hubiese pasado, sólo salga y haga todo lo que considere que le dará paz a su vida, por más triste que se sienta. Y aunque duela, es mejor que se aleje por completo de esa persona, evitando estar pendiente de ella o él. Créame, si ha de cerrar el ciclo, es mejor hacerlo de raíz y no a medias, eso de a medias son puros pajazos mentales y aunque dice, ya no quiero saber nada de esa persona, está que se muere por volver a verla.

Así que el primer paso del «duelo» es cortar todo de raíz y verá que poco a poco, cada cosa que haga porque QUIERE y siente que le da paz, le ayudarán a sanar. Pero no se pongan a hacer cosas tóxicas o nocivas, como irse a emborrachar y acostarse con cuanta cosa se mueva, porque al final, ustedes son los que se harán más daño, mientras la otra persona sólo estará pensando «ya no tengo a esa persona en mi vida, pero le pido a Dios, para que en cada paso que dé, de ahora en adelante, le vaya bien. Quiero ver a esa persona feliz y bien».

Y a mis amigos, Mr. A y Madame A, les deseo lo mejor, contarán conmigo hasta donde me lo permitan y pido para que sanen y sonrían cada día, como han de hacerlo.

 

Nota:
¡Cero cosas tóxicas, dé las gracias y avance hacia algo mejor para USTED!

 

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Nuestra otra mitad

¡Hey, again!

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El otro día vi una película, en la que mencionaban cómo Platón consideraba que el humano antes tenía dos rostros, cuatro brazos y cuatro piernas.

El hombre era absolutamente feliz, hasta que retaron a los dioses y éstos decidieron condenarlos a estar divididos, vagando por el mundo intentando encontrar su otra mitad, sintiéndose infelices por la eternidad.

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A veces se asume que el objetivo de la vida está en dejar un legado, en desarrollar algo evolutivo y de beneficio a la humanidad, cuando siento que todo esto es un medio para hallarnos útiles en el mundo que pisamos, más no que éste sea el propósito. Meramente el propósito de la vida es disfrutar del camino, independiente cuál sea el rumbo tomado.

¿Y si el propósito es hallar la ficha que falta y así poder finalmente dejar un legado?

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Lo irónico de la ecuación es, que cuando el ser tiene a alguien, desea abandonarlo por banalidades, pero lo extraña a cada instante, porque se siente inútil sin la otra persona. Es como un sube y baja, se extraña, no se extraña.